Voy a comprar una vivienda en Santiago de Compostela ¿Es mejor contratar la hipoteca a tipo fijo o variable?

Voy a comprar una vivienda en Santiago de Compostela ¿Es mejor contratar la hipoteca a tipo fijo o variable?

Lo que distingue a los dos tipos de hipoteca (con tipo fijo o variable) es el tipo de interés que se aplica. En el caso de una hipoteca a tipo fijo, el tipo de interés no va a cambiar con el tiempo. Esto quiere decir, que si por ejemplo pactas un tipo del 3% anual en una hipoteca a 20 años, vas a pagar ese mismo tipo de interés del 3% durante todos los años de vigencia de la hipoteca.

Por el contrario, con una hipoteca a tipo variable, ese porcentaje de intereses cambia con el tiempo. En la mayoría de los casos la revisión del tipo de interés será anual y se calculará en función del índice de referencia (normalmente es el Euribor) al que se le añade un diferencial. El porcentaje resultante se aplicará sobre el saldo vivo de la hipoteca, que es la cantidad pendiente de pagar y cambiará en la siguiente revisión.

Una hipoteca a tipo variable es en cierto modo una apuesta a que los tipos de interés seguirán bajos a futuro durante una buena temporada. Esta apuesta, nos puede salir bien o mal.

Si acertamos, pagaremos mucho menos de hipoteca al comprar nuestra casa. En caso contrario, como ya se dio durante los años 2007 y 2008, en los que el Euribor subió por encima del 4%, afrontar la hipoteca puede requerirnos mayor esfuerzo.

Teniendo esto presente, las ventajas de una hipoteca a tipo variable serían:

  • Pagaremos menos al principio. El tipo de interés inicial de una hipoteca variable es menor que el de una a tipo fijo, por lo tanto tendremos una cuota más baja al menos durante los primeros años.
  • Se conceden a plazos más largas. Hoy ya es posible ver hipotecas fijas a 35 años, pero todavía no a 40 años, como con las variables.
  • Cuenta con comisiones más bajas. Normalmente, las comisiones son más favorables en los préstamos a tipo variable.

 

La mayor ventaja de una hipoteca a tipo fijo es la baja incertidumbre en cuanto a los pagos que requerirá nuestra hipoteca, porque la cuota a abonar será siempre la misma. Para muchas personas esta tranquilidad vale la pena y compensa el incremento en el precio de la hipoteca.

La desventaja, mayor es precisamente el que requiera un mayor esfuerzo de pago, ya que la cuota del préstamo suele ser mayor, algo que se nota sobre todo en los primeros años. El tipo de interés inicial es más alto y el plazo de amortización es menor. Menos años y más intereses hacen que la cuota mensual sea mayor, al menos al inicio del préstamo.

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